martes, 8 de enero de 2013

"¿Qué me estás contando, Juan Vilá?" ('m' en Libros y literatura y yo esta tarde en El ojo crítico)

Pero qué coño, pero qué coño, pero qué coño.

Eso es lo pensaba Diego Palacios Marxuach al empezar a leer m.

Lo que pasa es que lo pensaba en inglés (WTF, WTF, WTF) que queda un poco más fino.

Luego parece que la cosa le gustó y el desconcierto se convirtió en entusiasmo.

Lo cuenta en Libros y literatura.

Habla de "ritmo frenético", "libro raro como pocos" (para bien) y dice que m es "un puto torbellino que te arrastra con él y del que no puedes salir hasta acabarlo. Y una vez acabado, compruebas que te has quedado atontado con tanta vuelta, que estás empapado y que has perdido la cartera, el móvil y el reloj. Y te dices: ¿ahora por dónde era por donde se iba a casa?"

La reseña entera está aquí.

Y yo esta tarde, a partir de las 19.00, estaré en El ojo crítico de Radio Nacional.

Se puede escuchar en directo o puedes bajarte luego el podcast.

 

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Dinamita, mierda e inmortalidad cuántica ('m' en La Nueva España y en Propera Parada: Cultura)

Encuentro dos reseñas nuevas de m y esto empieza a convertirse en el blog que nunca quiso ser. Es decir: un ejercicio de autobombo y de mirarse mucho, mucho el ombligo.

Se trataba, en un principio, de ofrecer algo más, un contenido extra, como en los viejos DVD en los que venían también algunas tonteriítas de regalo: escenas descartadas, entrevistas con los actores, los comentarios del director, etc.

Tenía incluso una larga lista de ideas.

Pero ya se ve que no.

Quizá más adelante.

De momento, las reseñas.

La primera la firma Jesús Cuenca Torres en Propera Parada: Cultura. Habla de Magritte y El hijo del hombre, habla de boceto hiperrealista y pone MIERDA así de grande y contundente, todo en mayúsculas.

Está aquí.

Eugenio Fuentes en La Nueva España utiliza varias veces el verbo DINAMITAR y a mí eso me mola. Me mola más todavía viniendo de Asturias, que es donde yo debería empezar 2013. Menciona además la palabra TETONCÍSIMA y eso casi me vuelve loco. Pero loco para bien.


Lo de la dinamita me ha recordado a Tremendous dynamite, esta bonita canción:


Me he pasado toda la mañana escuchándola y escuchando otras canciones de Eels.

Entre eso y que he tenido que contestar un mensaje de la entrada anterior, me he acabado poniendo nostálgico y tontorrón.

Me he acordado de hace mucho, mucho tiempo, y de Cosas que los nietos deberían saber, la biografía de ese señor con barba que canta y dice que es el hombre lobo.

Tiene gracia porque su padre es el que tiene la culpa de todo.

O casi.

Su papá, el papá del señor barbudo, fue Hugh Everett III, el primero físico que planteó, dentro de la mecánica cuántica, la existencia de infinitos universos paralelos.

Pero nadie se lo tomó en serio.

Así que dejó la física teórica y se puso a trabajar para el Pentágono. Ayudaba a fabricar armas nucleares.

Su vida aún iba a dar un último giro. Abandonó la administración pública y montó una empresa de informática. Se hizo multimillonario.

Bebía demasiado y no paraba de fumar, comía como un auténtico cerdo.

Un buen día reventó en su dormitorio. Su hijo barbudo y cantante fue quien encontró el cadáver.

Podríamos simplificar y decir que se sentía frustrado por no haber conseguido el reconocimiento como científico que merecía.

Pero no, a partir de los años 70, se le empezó a tomar muy, muy en serio, a él y a su teoría de los infinitos universos paralelos.

Lo de Hugh Everett III no fue un suicidio diferido.

A Hugh Everett III le daba igual morir. Prefería fumar, beber y comer. Sabía que de hecho ya había muerto miles, millones de veces antes, pero que aún seguía vivito y coleando en un número infinito de universos muy parecidos al nuestro. 

Hugh Everett III creía en la inmortalidad cuántica.

m también.

m es una historia de universos paralelos.

Nunca está de más insistir en esa idea:

sábado, 22 de diciembre de 2012

Mister Danger: 'm' en El Cultural y en La Razón

Ayer al final no se acabó el mundo, aunque el jueves yo creía que iba a ser que sí y hubo que celebrarlo en bares que tenían una bonita m roja en la puerta:


El jueves también apareció una reseña pequeñita pero entusiasta de m en La Razón:


Y ayer El Cultural de El Mundo publicó una gran reseña de m, grande porque ocupaba casi una página:


No voy a comentar ni responder a las críticas o las reseñas, en general.

Sólo daré las gracias.

Primero porque me parece que no tiene mucho sentido lo contrario y suele ser bastante pesado, segundo porque tampoco hay demasiado que decir al respecto y tercero porque yo soy muy bien educado.

Me reservo, eso sí, el derecho a responder en cualquier otra ocasión que considere oportuno.

Sólo comentaré en este caso, porque me hizo mucha gracia, que tanto A. Rojo como Ricardo Senabre mencionan las palabras "riesgo" y "peligro" al hablar de m.

Halagó mi vanidad y salí a la calle a celebrarlo otra vez con este vídeo de Chávez en la cabeza:


Acababa de convertirme en Mister Danger.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

La librería Atlántida de Granada, Gallardón y el dolor

El mismo, mismísimo día, en el que Gallardón ha dicho en la Cope (sí, la Cope) que gobernar en ocasiones es repartir dolor (sí, dolor), una librería de Granada, la librería Atlántida, ha publicado una bonita entrada en su blog recomendando 'm'.

Dice cosas como éstas:
¿Cómo describir esta novela? Todas las personas que conozco que la han leído usan diferentes libros para referirse a ella. Yo, como autor de este blog, intentaré enumerar los nombres que a mí me evoca. Haruki Murakami, Raymond Chandler e incluso Carlos Fuentes. Todos esos autores parecen confluir en las páginas de m. y eso es algo muy bueno para el lector. Se trata ésta, de una obra que no se puede explicar en una breve entrada del blog por ser de una tipología tan especial. De todas formas, será difícil que una novela sea tan evocadora y a la vez tan extraña como esta m.
Gracias, gracias, gracias.

El resto está aquí.

Durante años me dediqué a entrevistar a libreros de Madrid, hasta uno por semana. Les pedía que me recomendaran libros y siempre volvía a casa con uno o dos títulos en la cabeza, uno o dos descubrimientos que jamás hubiera conocido de otra forma y que rara vez me fallaron.

Los libreros no son meros tenderos. Ni mucho menos ministros.

Los libreros reparten sugerencias y criterio.

El día que la industria editorial muera, lo sentiré, sobre todo, por ellos. Son una de sus piezas más valiosas y también la más frágil.

Y mientras, aquí en Madrid, seguiremos pagando las deudas que la megalomanía de Gallardón nos ha dejado.

Y soportando a su sucesora, la señora Botella, que se ha empeñado, como su exjefe, en repartir dolor, mucho, mucho dolor.

Lo de Gallardón y Botella viene a cuento también por una cosa que dice la librería Atlántida en su blog.

¿Queréis saber algo sobre mi próxima novela?

Va justo de eso: de gente que se cree que está por encima del bien y del mal, que el dolor a ellos no les afecta y hasta que pueden infringirlo impunemente a los demás. Pero se equivocan, claro.

Y no, esta vez no aparece ninguna importante política madrileña o de cualquier otra parte. Tampoco Gallardón o similar.

Aparece un falso filósofo, una reína muerta y un verdugo. Pero eso es en la segunda parte.

A ver si me pongo y consigo rematarla.

Gracias, gracias, gracias, librería Atlántida de Granada.

Gallardón y Botella, Fuck the pain away:


jueves, 29 de noviembre de 2012

'm' en El Mundo

Esta página se ha publicado hoy en el suplemento Tèndencies de la edición catalana de El Mundo.


Es cierto que no se menciona a m y que el tipo no se llama como yo, pero algunas de las cosas que dice sí coinciden y el editor, desde luego, es el mismo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

'm', ya en las librerías


O, por lo menos, en algunas librerías.

El ejemplar de la foto lo ha comprado alguien esta misma tarde (ayer miércoles quiero decir) en Estudio en Escarlata.

Alguien, otro alguien, me contaba poco después que había visto la novela "esplendorosa" en La buena vida.

Supongo que estará también otras librerías.

Lo que le sienta muy bien es la faja, más aún que la copa vacía que se ve detrás, copa que se intuye como uno de esos gin tonics modernos, aunque sin pasarse. Uno más bien clásico, de Martin Miller's, por ejemplo. Sin fuegos artificiales ni bailarinas liliputienses contoneándose entre los hielos. Es lo que se intuye por la foto. Yo no sé.

Se ve en cambio muy bien, o relativamente bien, la faja, con el filo rojo o naranja, según le dé la luz o según estén mis ojos de cansados, en la que la gran Marta Sanz dice: "Un Pedro Páramo en Madrid, un Largo adiós y, sobre todo, un Alicia en el país de las maravillas. Una historia de zombis. Un torbellino hipnótico".

La faja en este caso mola porque no contiene ni aprieta ni reprime. Al revés: la faja lo que hace es expandir, agrandar, enriquecer y muchas otras cosas que ya no digo pero más bien por pudor, y porque soy muy tímido, y porque si no, me pongo rojo.

Rojo, rojo, rojo, tan rojo como el culo pelado de un mandril.

Gracias, Marta Sanz.

Y gracias también a ese alguien que se ha ido esta tarde a comprar el libro y luego encima me ha invitado a un gin tonic.

martes, 13 de noviembre de 2012

Así empieza 'm'

Estos de aquí abajo son los tres primeros ejemplares de m que han llegado a Madrid.
 

Pronto habrá muchos más.

En Madrid y en todas partes.

Con su fajita y todo.

Otro día hablamos de la faja.

Faja según esta acepción de la RAE: "Tira de papel que se pone sobre la cubierta o la sobrecubierta de un libro, con una breve leyenda impresa alusiva a su contenido o a un galardón que se le ha otorgado".

Galardón de momento no hay.

Es sólo una bonita frase.

Otro día hablamos de ella.

Ahora el link para quien quiera descargarse el principio de m.

Lo puede hacer aquí.

Es un pdf generado a partir de la última versión del manuscrito.

O sea, no está corregido y puede que haya alguna errata. Yo soy muy de meter erratas. Y no está tan bonito como el libro. Quiero decir que nadie lo ha maquetado ni se ha molestado en justificar las líneas a derecha e izquierda, y en poner las sangría, y en buscar una tipografía chula y que se lea bien, etc, etc, etc.

En el libro, en cambio, sí que se han hecho todas esas cosas y así ha quedado de bonito.

Bonito, bonito.

Precioso.

Y no es coña. Lo digo muy en serio.

Muy pronto podréis verlo también vosotros.

A finales de esta semana o a principios de la siguiente.

En Madrid y en cualquier otra parte donde haya una buena librería.

Y si no tienen m, se encarga.

Es lo que hacen siempre las buenas librerías.
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